Con estas palabras comenzaba la primera entrada de este Blog (mi primer y único Blog). Han pasado dos años desde entonces.
Lo que partió como un arrebato por la alegría de la noticia que nos había llegado, y que fue la manera (muy acorde a los nuevos tiempos que vivimos) de gritarle al mundo mi sorpresa y felicidad, se volvió una suerte de crónica que mezcla sentimientos, algo de prosa, un poco de humor, desvaríos y demases.
Así como también de desvelos aprendiendo agregar fotos, editar videos y "pegarlos" en la página. Todo lo último, bajo el amparo de la Pame que comprende y perdona mis períodos obsesivos.
Tal vez, con diez años de menos, esto habría sido un cuaderno manuscrito y emborronado que con suerte habría leído la Pame y -con el tiempo-, la Marti. Pero al contrario, se volvió una vía de comunicación con ustedes. Ha sido nuestra manera de hacerlos partícipes de la vida y obra de nuestra hija, para así también sentirlos un poco más cerca de nosotros.
No puedo negar que estos dos años han tenido de todo: primero, la ansiedad de saber que se desarrollaba bien, luego la espera para saber su sexo, la alegría inmensa de su llegada, los terribles dos meses de cólicos, la música de sus primeras palabras, sus primeras risas, sus primeros pasos, sus bailes y sus cantos.
Y en todo este proceso, han estado ustedes, parientes, amigos y colegas, quienes se han dado el tiempo de leer estas líneas, hacerme llegar sus saludos y opiniones e incluso, llamarme la atención cuando me he quedado callado por mucho rato.
Se que muchos no conocen en persona a la Marti, pero es cosa de tiempo para que se produzca el encuentro. Por ahora, queda como consuelo este espacio de duración indefinida, a modo de cápsula de tiempo.
Un pequeño cofre de tesoro que espero Martina descubra y aprecie cuando sea grande. De la misma manera que ustedes lo han hecho y con el mismo amor con el que lo he escrito.
Gracias por la paciencia.
Para terminar, un pequeño regalo:
