No había escrito antes sobre el tema, porque no quería caer en la sensiblería tipo village, pero se siente raro. Mirado de alguna manera, se puede ver que las madres nos llevan cierta ventaja a los padres. La Martina ya escucha a la Pame, mientras que mi voz sólo son para ella murmullos ininteligibles aún (obviamente no entiende a la mamá tampoco, pero reconoce su voz).

Entonces es cuando me bajan las dudas... ¿seré un buen papá? ¿me aceptará de buenas a primeras? Tal vez las respuestas ya las conozco, pero también acepto que a veces me pongo un poco inseguro de mi mismo.
Creo que por lo menos de mi parte pondré todo mi esfuerzo en esto, para no quedarme abajo de este tren. La Pame conoce mejor sus ritmos, la siente todo el tiempo y ya va entendiendo sus gustos, como por ejemplo, la buena música. El otro día la Martina fue con la Pame -obvio- a ver a Los Jaivas y se portó de lo más bien, así que ya tiene dos recitales en el cuerpo y al parecer tiene buengusto musical... nada mal.

Recuerdo que mi hermano chico escuchaba a The Cure conmigo y le gustaba. Ojalá que pueda hacerlo también con la Martina.
Ojalá que conectemos a través de la música y de muchas otras formas para construir un lazo, más artificial tal vez, pero homólogo al materno.
En todo caso, espero que todas las (actualmente y futuras) mamás que conozco hallan tenido un bonito día y disfruten esa ventaja con la que cuentan sobre los hombres. Ustedes siempre estarán primeras y eso es envidiable.
Un abrazo